20/10/09

CORTA AMISTAD PERO INTENSA AMIGO PRINGUI

Una copa más me hacía falta ayer, y no fueron pocas. No es fácil escapar de uno mismo, cuando uno se conoce tanto, y corre aún más rápido teniendo punto de mira. Dichosos los ojos que no me vieron. Justo rozó la ráfaga de mirar, cuando me escondí, pero mi olor lo conozco bien, y sé que estoy cerca. Dolorosamente me despertaron tus graznidos, compañero. No sé que te habrá podido pasar, no tengo ni idea, por más que me pongo lentamente a pensar. Todo era perfecto y yo te cuidaba, tal y como sabía hacer. Ni mejor ni peor que nadie. Te cuidaba tal y como sabía, el cien por cien de lo que tenía dentro. Pero el eco de tus picotazos en tu jaula, esa que de ella una vez escapaste y a la que tu mismo volviste. El eco de esos picotazos y luego tus ahogados graznidos, agobiados y pidiendo socorro, me sacaron a empujones de mi sueño. No puedo quitarmelo de mi cabeza, ese recuerdo de escucharte, ese grito de horror con un eterno delay en mi cerebro. Corrí cuanto pude y allí estabas en tu jaula, con los ojos cerrados, aún caliente, pero acababas de morir. No consigo saber que cojones te pasó. Tiendo a culparme del dolor de los demás, cuando no consigo ayudar, sea o no yo, la causa del dolor. No puedo olvidar, como me pedías ayuda a pleno pulmón..... Aún así doy gracias de haber llegado después de tu muerte. No podría dijerir unir esos chillidos a una imagen real. No habría podido resistirlo. Temblé en la noche después de tu pesadillística despedida. Espero que cuando me llegue la hora pueda hacerlo en silencio y sin que nadie me escuche. Pues, aunque parezca egoísta, no quiero hacer sufrir a nadie, tal y como tu me has hecho sufrir a mí. Pero claro siempre que querías llamar mi atención picoteabas tu jaula y allí estaba yo, hasta descubrir que se te apetecía. Esta vez llegué tarde amigo mío. Fue mejor así porque el resultado hubiera sido el mismo. Espero que descanses en paz, y te reencarnes en árbol , me avises y te prometo que de tu corazón haré una guitarra, para que sigas piando durante toda mi vida, y al menos no vuelvas a despedirte tú de mi. Corta amistad pero intensa, amigo pringui.