17/11/08

NO ES DE MI COSTUMBRE ACOSTUMBRARME

Lo sentimos. No es lo que más nos gustaría, pero es así. Echar de menos no es solo sentir una falta, es constatar que hagamos lo que hagamos cabe la distracción, pero no el olvido. Alguien nos tiene sin poseernos, le tenemos sin poder, sino acaraiciar su ausencia. Lo notamos con intensidad, pero no está.
En la palabra acuerdo está la palabra corazón.
En la noche un recuerdo irrumpe en silencio. Nos adormilamos al susurro de las palabras que alguien no nos dice. Amanecemos en brazos que no están. Y, sin embargo no todo es un espejismo. Algo nos enlaza, nos vincula, algo que no es precisamente menos real que una ausencia. Podría denominarlo pero, con palabras tan sencillas que resultarían excesivas.
Y esto es así por un día, no quiero ni imaginar...que este sentimiento encontrara en el tiempo, su razón de existencia.
A salvo me pongo, porque sé que mañana, es justo después de despertar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La ausencia tiene su lado hermoso, gracias a ella sabemos valorar las cosas y a las personas importantes... y querer con mayor intensidad lo que tenemos.
Tras una "muy corta" ausencia, el reencuentro es aun mas dulce y con aroma a mandarinas.
BESOS DE CHOCOLATE.

Anónimo dijo...

No me acostumbro a vivir con este síndrome que tiene nombre propio y me hace echar de menos lo que no tengo y es mío, y de más lo que tengo y mío es también.
Tristeza con consecuencias y arrepentimientos.
Cada noche te veo en gris.
Cada mañana ejercito el no-pensar.
Una palabra tuya bastará. para sanarme.
Una palabra que no me darás.
Me acostumbré a ti y lo siento.

(Gracias por dejar un espacio para el desahogo emocional. Quizá ÉL también me lea)

Rubi dijo...

hermanito, pues yo te echo mucho de menos...