Se disparó el arma de las palabras. Como avispas atacaron a su victima. Es tan difícil reprimir su poder cuando ellas se saben en la razón. Los tormentos, las maldiciones se hacen realidad al pronunciarlas. Dijo: ahora estas en mi lista de promesas a olvidar. Quién dijo que soy hombre de palabra? Si al final todos descansaremos con un pijama de madera puesto. jajaja.
Que más da. Sin control...deslizandonos por el tobogan hacia la eternidad.
Todo es complicado, todo es simple. A mil por hora vienen mis sueños a rescatarme una vez más.
Y si te encuentras en peligro....pon la boca asi como si fueras a beber y chifla...allí estaré, disfrazado de héroe para sacarte una vez más del fango que tu misma persona imagina.
Dedicado a los envidiosos que creen poder subir por los escalones que yo mismo codifiqué.