30/4/09

TRISTE Y VACÍO

Era como conformarse con una vida simple. Era como conformarse con una vida predecible. Tan predecible como el día que viene tras la noche. Todos conocemos que detrás de la Luna viene el enamorado Sol que viaja Día tras Día tras ella, piensa que cada vez está más cerca. Así es el amor.
No tenía incognitas que resolver, su hambre de Verdad no existía, decía que eso era muy frustrante. Pensaba que la transformación a un nivel profundo era difícil, a menudo dolorosa y que era algo que se conseguía o no. Y en realidad todo lo que le sacudía su vacía cabeza, su miserable vida y su falta de deseos es que la búsqueda le revelará en algún momento, la persona que en realidad era, en vez de ser la persona que pensaba que era.
Pensaba que algún día se podría pagar dinero, por aquello que llamaban Iluminación. Sin saber que eso, lo tienes o no lo tienes. Es como el "glow" o lo tienes o sencillamente nunca lo tendrás.
Decía que Él nunca hacía regalos, porque la gente podría pensar que su regalo era una incitación a ser correspondido, o un intento de halago, o una forma de pedir perdón, o la mejor manera de venderse a uno mismo. Era incapaz de regalar por amor. El sol le regala a la Luna sin darse cuenta, ese rayo de luz que le sirve a ella de estela, para guiarse y no chocar en la oscuridad con la Tierra. Eso es regalar. Y a nosotros nos regala la liberación de esa catástrofe.
Al mismo tiempo no le gustaba ser regalado, porque eso le obligaba a ser simpático, o aún peor, tener que dar las gracias.
En fin, un ser muy triste y desgraciado, lo hicieron director de banco, porque marcaba el perfil buscado.
Y no tengo nada en contra de los Bancos, al contrario, tienen el detalle de prestarme un dinero que ya era mío, a un interés pequeñito e ideal.
Gracias os regalo mi parte del dinero, tomáoslo como un regalo generoso, como un rayo de luz que os guía.
Dedicado a los miserables banqueros.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Discrepo, estimado amigo. El trabajo no siempre dignifica. Ser directivo de un banco, estar tras una ventanilla, servir al Estado como funcionario es una manera de ganarse la vida, de obtener dinero para comprar calidad de vida. El día tiene 24 horas, si 8 de ellas las dedicamos a trabajar y 8 a descansar, nos quedan aún 8 preciosas horas para disfrutar haciendo lo que nos salga de las narices, lo que realmente dignifica. Somos trabajadores en nuestros puestos, y vividores de nuestras vidas. No sientas pena sin saber si ellos la sienten de si mismos. VIVA EL AMOR!
ANTONIO

Anónimo dijo...

Mi tobogán ha hecho escala; ha pasado bajo el túnel de caramelo caliente y ofrece su plástico a la brisa del mar.
No me importa si quien no lo entiende no habla con los ojos.
Preciosa foto.

ESENCIA dijo...

Antonio yo tambien le canto al amor, pero aun así, sé que en el mundo donde vivimos...y los hecho me dan la razón, el interés y la envidia son más poderosos. Todo sería distinto si nosotros los humanos tan listos no hubieramos inventado jamás.....el dinero. Entonces si viviría mas el amor.
Aún así....vive el amor, escondido pero vive esperando su momento.

Anónimo dijo...

Bueno... yo acostumbro a tratar con los bancarios, gente normal y corriente de a pie... otra cosa son los banqueros... a esos no los ves nunca, ni ganas.
L'amour... oh l'amour...
Besos